INFLUENCIA DE LA INFECCIÓN SARS-CoV-2 SOBRE LA FERTILIDAD
- Edward David Gonzales Galvez
- 17 sept 2020
- 3 Min. de lectura

Desde que en diciembre 2019 fue identificado en Wuhan, China un nuevo tipo de coronavirus el SARS-CoV-2, esta infección se ha extendido a más de 190 países y a la actualidad existen 29'737,453 personas infectadas, produciendo 937,391 decesos. Los coronavirus han causado epidemias en el pasado como el SARS-CoV en el 2003 o el del MERS-CoV en el 2012. El SARS -CoV y SARS CoV-2 reconocen el mismo receptor en la células humanas que es la enzima convertidora de angiotensina tipo 2 (ACE2), mientras que el MERS-CoV se une al receptor denominado dipeptidil peptidasa tipo 4.
Reportes científicos iniciales señalaban que el principal órgano afectado en el COVID-19 eran los pulmones ahora se ha visto que también afecta otros órganos como el hígado, el riñón, vasos sanguíneos, por tanto cualquier órgano o tejido que exprese el receptor de angiotensina 2 fácilmente podría ser ligado con el virus y producir todo el proceso de afección a nivel celular. Es en este contexto que surgen investigaciones que relacionan la capacidad del SARS-CoV-2 para afectar las células reproductivas del varón y posiblemente las de la mujer; como ocurre con otros virus como el herpes simple (disminuye del volumen seminal), papilomavirus (disminuye movilidad de espermatozoides), virus de inmunodeficiencia humana (produce alteraciones morfológicas de los espermatozoides). El riesgo de transmisión vertical del SARS-CoV-2 entre las mujeres y fetos es posible conociendo que el receptor ACE2 es expresado también en la placenta y el útero de gestantes como lo estableció Levy en el 2008 (American Journal of Physiology) por lo que podría influir en el aumento de frecuencia de pérdidas gestacionales (abortos) en embarazadas con COVID-19.
Los efectos sobre las células sexuales han sido demostrados en estudios en China e Italia, donde resalta que el varón es el más afectado, el SARS-CoV-2 produciría orquitis la cual a su vez reduce el conteo de espermatozoides e incrementa el indice de fragmentación del ADN espermático (indicador del grado de rotura o lesión del ADN del espermatozoide). En el caso de las mujeres aún no se ha precisado el grado de afección de la reserva ovárica es decir la reducción de los ovocitos que podría producir este virus. En los varones el COVID-19 afecta específicamente a un grupo de células que son las precursoras de los espermatozoides que se llaman espermatogonias, así como las células de Sertoli y Leydig que expresan altas concentraciones de ACE2, mientras que los espermatozoides expresan poca concentración de ACE2; razón por la que hay pocos reportes de hallazgos del SARS-CoV-2 en el semen.
Los servicios de salud reproductiva en el mundo se han visto afectados con esta pandemia pues los sistemas de salud a través de las organizaciones gubernamentales y científicas (American Society for Reproductive Medicine) han dado prioridad al tratamiento de las pacientes con coronavirus; indicando la suspensión de procedimientos electivos y técnicas de reproducción asistida (TRA) para evitar un posible ingreso a las Unidades de Cuidados Intensivos debido a complicaciones de las TRA. A pesar de ello es innegable que existía un grupo de pacientes en proceso de preparación para que se le realice procedimientos de fertilidad tanto de baja (inseminación intrauterina) como de alta complejidad (aspiración de ovocitos, fertilización in vitro, transferencia embrionaria) los cuales han sido suspendidos para reorientar los esfuerzos a controlar y evitar la propagación de esta enfermedad según directivas de la Organización Mundial de la Salud, las cuales señalan que deberían restringirse los procedimientos de fertilidad para aquellas pacientes con diagnóstico de cáncer. Es cierto que existe una demanda insatisfecha de los servicios de fertilidad en el mundo y esta realidad no es ajena a lo que ocurre en Perú donde algunos centros privados de fertilidad con las medidas de seguridad requeridas; ya están realizando atención de consultorio, procedimientos de baja complejidad, estimulación ovárica etc. Considerando el contexto de pandemia, se resalta el impacto psicológico que se ha acentuado en las parejas con problemas de fertilidad, tal como lo ha demostrado el estudio publicado en agosto del 2020 en la European Journal of Obstetrics and Gynecology and Reproductive Biology que señalan que el nivel de depresión y ansiedad es más acentuado sobre todo en las mujeres en edad reproductiva avanzada o que presentan disminución de ovocitos.
En suma, la necesidad de suspender los procedimientos de fertilidad durante la pandemia del COVID-19 han contribuido a incrementar el estrés emocional y ansiedad en las parejas infértiles, efectos que no deberían ser subestimados, el soporte psicológico en estas pacientes debe ser considerado; por lo que considero válido que se aperturen de manera progresiva estos servicios de salud especializados, no sólo en la parte pública sino también en el ámbito privado pues son enormemente beneficiosos para las familias que tienen dificultades para poder lograr un embarazo.
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